Hoy recordamos a los siguientes compañeros : POLICIA NACIONAL D. FRANCISCO GONZALEZ RUIZ (1982) : GUARDIA CIVIL D. MANUEL FUENTES FONTAN (1979) asesinados todos ellos por la banda terrorista E.T.A tal dia como hoy Descansad en Paz compañeros no os olvidamos
Cuando ocurrió el luctuoso asesinato de los compañeros guardiaciviles ya existía foropolicia. Parece que fue ayer pero han pasado ocho años. La noticia cayó, por las fechas en que se perpetró el asesinato, como un jarro de agua fría en los que formábamos parte de la comunidad policial y en los miembros que integrábamos el foro de aquella, y truncaba las esperanzas depositadas en la «tregua» de buena parte de la sociedad. A la proximidad de la Navidad se le unía la juventud de Raúl Centeno y de Fernando Trapero, 23 y 24 años respectivamente, unos críos con toda la vida por delante, y el hecho de que estaban inermes, es decir, pese a dedicarse a labores tan peligrosas como el antiterrorismo no iban armados por encontrarse en Francia. No se podían defender. La ley se lo había puesto a huevo a los cobardes asesinos. foros/a-fernando-trapero-blazquez-t13722.html
Como ninguna palabra buena podía dar y mala preferí guardar, para acallar los demonios interiores escribí un cuento infantil que no había vuelto a leer desde entonces. Y que reproduzco.
Cuentan que hace unos días al cielo llegó y ante San Pedro se presentó un guardiacivil. —Hola Raúl, hijo, pasa te estábamos esperando. Se bienvenido. —¿Qué ha sido de mi compañero?, ¿también está aquí? —No, todavía no. Él vendrá un poco más tarde, pero no te preocupes por tu amigo, que mientras espera le hemos concedido tener los mejores y más felices sueños. —¿Sueños? ¿De qué tipo? —Es algo inefable. Imposible explicar lo con palabras, pero te aseguro que en estos momentos es tan dichoso como cuando estaba en el seno materno. Es una deferencia que el Jefe tiene con todos aquellos a los que les ocurre lo que a vosotros y, en este caso, además, una orden directa. —Y bueno ¿Qué me toca: Cielo o Infierno? Es que últimamente tenía algunos asuntillos pendientes, ¿sabe usted? —Sí, lo sabemos, pero no te preocupes, en vuestro caso, como es la costumbre, haremos la vista gorda. Se abren de par en par las puertas y San Pedro se echa a un lado. —Ahora pasa y ocupa el lugar que te corresponde junto a todos los que te precedieron: Los ‘Ángeles Custodios’. Una vez te hagas cargo de tu nuevo puesto, elige uno de tus compañeros de abajo, de los de la tierra, vela por ellos y procura que no le pase nunca nada. Últimamente con tanto "mensaje de paz" y tanta tregua, los que estaban se habían despistado y confiado un poco. —Es todo un honor, nunca he visto uno ¿Cómo son? —Los ‘Ángeles de la Guarda’, son como siempre; tienen alas y visten de blanco, sólo que ahora llevan tricornio, ¿no lo sabías? ¡Es la última moda!
Cuentan también, que al poco tiempo subió el otro que faltaba, Fernando, y tal y como le habían dicho al primero, venía feliz porque –según decía- había estado soñando con cosas maravillosas, que no podía describir.
—Era todo un regalo lo que sentí—acertó a decir mientras sus nuevos compañeros para recibirle le hacían dos hileras y le aplaudían a rabiar, mientras le decían: VALIENTE, VALIENTE… Y debe ser verdad porque, si os fijáis bien, desde hace unos días hay dos luces más en el firmamento ¿No las veis?